UN SANT JORDI... PARA ENMARCAR.

Tras una Diada de Sant Jordi para enmarcar, no podía menos que dedicarle un post, en el que trataré de plasmar todo lo sucedido, vivido y sentido. Ahí os va....

23 de Abril de 2014. La emoción que me provoca el evento, y a pesar de disfrutar de un día de fiesta como en los últimos más de diez años, madrugué, vamos que si madrugué, Es más, madrugamos todos, jijijiji, y a las 8 de la mañana arrancaba el coche. Óscar, yo y los cuatro elegidos nos pusimos rumbo a Barcelona. Y los cuatro elegidos fueron...

Con un planing la mar de estudiado, cuadré horarios, y muy bien cuadrados, porque como podréis comprobar llegué la primera a cada una de las firmas elegidas.

La primera de la lista era "La noche soñada", y mientras llegaba su autor, Màxim Huerta, matamos el rato desayunando. Y como no podía ser de otro modo... la novela nos acompañaba.

Con los nervios propios de "Cristinita la impaciente" engullí el croissant de semillas y de un trago me bebí el Cacaolat, y en minuto y medio estaba plantada frente la mesa de firmas.

Tuvimos que esperar algo más de tres cuartos de hora, pero a las 11 en punto llegó Máxim, acompañado de su inmensa sonrisa. Su amabilidad, y la emoción que nos transmitió me hizo sentir que apenas llevaba 5 minutejos esperando. Y que "mi" Noche soñada fuese su primera firma de este Sant Jordi me provocó una inmensa alegría.

Del Barrio de Gracia nos desplazamos al Barrio del Eixample. Nuestro siguiente objetivo era Ben Brooks y su firma en mi "Lolito", y en apenas 15 minutos ahí estaba yo, la primera de la cola. Y en no más de cinco minutos llegaba el "peculiar" de Ben, Xibeca en mano, y con la patilla de las gafas cogida con un trozo de cinta aislante.... con eso os lo digo todo! Y tras descorchar la segunda cerveza procedió a firmarme su novela...

Bajo un sol de justicia llegamos a la Rambla de Poble Nou, cargadita de ilusión. Había llegado el momento de reencontrarme con Alejandro Palomas. Mi querido Alejandro... Y pacientemente "Una madre", tomó asiento en un mullido y rojo sillón, y desde ahí lo vimos llegar.

Llegó, sonreímos, y conversamos... Conversamos sobre la vida, y sobre su vida, Rulfo. Y nos confirmó que estaba bien. Si Rulfo está bien, él también. 

Y nos abrazamos. Y en uno de los abrazos fuimos tres, porque en mi primer abrazo a Alejandro iba incluida Concha (del Blog De Lector a Lector), también. 

Llegó la hora de la comida, y mi chico me llevó a comer un arroz con bogavante. Sí, sí... pero apenas ni lo saboreamos... "Cristinita la impaciente" se manifestó de nuevo, y sin postre ni café, fuimos paseando hacia Portal del Angel. Y una hora antes de la hora prevista de la siguiente firma ahí estaba yo, la primera de la cola de.... César Pérez Gellida

Pero que sepáis que a pesar de resultar ser la espera más larga, fue la espera más genial e inesperada. Tras un tuit de Nora en el que me preguntaba si iba a la firma de las 17:00h y de mi respuesta de que ahí estaba yo, de repente escuché tras de mi un gritito de: Criiiiiiis? Y ahí estaban ellas! Mónica e Imma (conocidas por todos vosotros como NoraBosco y Lectora de Tot del Blog de Momentos de Silencio Compartido). Y nos achuchamos, y nos reímos, vamos que si nos reímos, la tres Marías con el "Consummatum Est" de la brutal trilogía "Versos, canciones y trocitos de carne" en mano!!! Y llegó César, y no defraudó. 

Fue un encuentro... "Jodidamente bueno"! -Verdad, César? jijijiji

(Como me lea mi padre dirá: Criiiisti, esa boca!)

Y os contaré, que en cada una de las firmas, Máxim, Alejandro, y César, con muchísimo cariño, tuvieron el detalle de escribir tres bonitas dedicatorias respectivamente para Goretti (como ellos bien la llaman...), Omeu Cartafol para todos nosotros, dado que hacia apenas dos días que había estado en Barcelona y no pudo quedarse para disfrutar de este día. Estas son tuyas chiquilla!

Y una vez cumplidos todos los objetivos, llegó el momento de pasear, de disfrutar del ambiente, de Las Ramblas, de Paseo de Gracia y de Rambla Catalunya. Sin prisas, porque aunque hubiésemos querido correr era literalmente imposible... jijijiji

Y llegó mi rosa y mi libro, de alguien muy especial.

Y ya de vuelta a casa, muertica...muertica... Nos esperaba mi niña, y su rosa.

Y rematamos el día en familia, saboreando el pan típico de Sant Jordi, de queso y sobrasada.

¿Qué más se puede pedir? 

Tan solo que el próximo año la Diada de Sant Jordi resulte tan hermosa como esta.

*PD. Gracias, Óscar. Por acompañarme y compartir todos esos instantes conmigo.